Soy un alguien sin género,

sin principios ni fin,

que rompe cadenas autoinfligidas

para volar en libertad,

pertenezco a una especie conciente de si,

pero irracional con el mundo.

Las contradicciones me describen

y diferentes rostros me habitan.

Soy vagabundo en mis sueños

y una sedentaria sin remedio de mi realidad.

Me duele el pecho . . . . . . . . .

Y me niego a aceptar el porque, creo que me hace daño ser feliz, terminaré infartándome y algo me dice que definitivamente eso no es bueno.

Es una sensación completamente nueva, es una locura, si alguna vez dije que nunca me había enamorado, hoy puedo sostenerlo, aquello habría sido una suerte de comienzo que nunca se concreto, y me pregunto . . . . . .

¿estaba realmente estúpidamente feliz?

Creo que no, ahora lo sé, por que ahora lo siento, y es tan real y tan molesto, porque no se como manejarlo, insisto me duele el pecho.

Dios solo da tres respuestas a las oraciones:
1. "SI"
2. "Toda vía no"
3. "Yo he pensado en algo mejor para ti"

Que me estará diciendo ahora?

El tiempo hablará . . . . . . .
de eso estoy segura, y
creo que lo hará a tu favor . . . .

Mi damita quitasueño.